lunes, 24 de noviembre de 2014

CARTA A UNA RECIÉN LEGRADA

Hace unas pocas semanas una amiga cercana, sufrió un aborto. Desde el mismo día en que me comunicó la feliz noticia, estaba yo con la mosca detrás de la oreja, desde luego la alegría inicial fue infinita, se trataba de su primer embarazo y después de la primera visita al ginecólogo, donde todo estaba bien, e incluso habían visto y oído latir su corazón, "no podían esperar más" (palabras textuales) para dar a conocer la gran noticia. Y es que esa alegría tan mágica de la primera vez que te enteras que llevas una vida en tus entrañas,es tan grande que no puedes esperar a compartirla con tus seres queridos y quieres gritar al mundo entero que por fin estás embarazada.

Esa alegría, supongo que es la que sentirán todas las mujeres cuando se quedan embarazadas en cada uno de sus embarazos cuando no han perdido ninguno de ellos. Porque yo cada vez que me quedo embarazada, no puedo manifestar esa alegría, sino todo lo contrario un miedo atroz que no me deja pensar en otra cosa que en ir al baño a cada instante para comprobar que todo va bien por ahí abajo y no he empezado a manchar. 

Desde entonces he estado tentada a llamarla en varias ocasiones, pero no lo he hecho. Porque sé demasiado bien lo que se siente, y a veces cuando recibes una llamada para preguntarte cómo estás, resulta que ese día no has llorado todavía, o que justo en ese momento estabas disfrutando haciendo una cosa que te gusta y por un instante te habías olvidado del dolor. Y aunque por educación y en deferencia a la persona coges el teléfono y le cuentas que estás bien, que poco a poco,..cuando cuelgas te echas a llorar y piensas que cómo vas a estar bien si has perdido lo más grande de tu vida y encima te culpas porque hoy no habías llorado aún, o no te habías acordado de ello todavía.

Así que querida amiga, si lees esto ya sabes por qué no te he llamado, porque no me hace falta saber por lo que estás pasando, porque yo ya lo he pasado, pero sí quiero que sepas que esa pena tan grande pasará. El dolor se irá mitigando y aunque jamás podrás olvidarte de esa vida que llevaste dentro, volverás a sonreír, a querer vivir y a volver a intentarlo de nuevo. Quédate con la alegría del principio, aunque duela, en los momentos malos trae a tu mente la imagen de ese latido y piensa que si una vez lo lograste, volverás a hacerlo de nuevo y sobre todo nunca, nunca pierdas la esperanza de ser madre.

Tu amiga que te quiere y reza por ti.


Gracias por leerme!



8 comentarios:

  1. Uf Carmen q carta más bonita, bs. Vicky Etayo

    ResponderEliminar
  2. La verdad que es un dolor horrible y que la recuperación es muy lenta pero todas logramos sobrellevarlo y tarde o temprano volvemos a sonreír y volvemos a soñar. Un besazo para esa amiga.

    ResponderEliminar
  3. Carmen, muchas gracias por tus palabras.
    Me han llenado de calorcito y me han animado mucho.
    Un besazo fuerte.
    Tu amiga

    ResponderEliminar

Muchas gracias por TIRAR DE LA CUERDA y añadir un comentario!